Se trata de una cámara para aquellos que quieren algo más que lo que puede ofrecer una compacta pero que no quieren gastarse el dineral que puede llegar a costar una réflex más profesional.
Posee un sensor de tipo CMOS de 10.1 megapíxeles, un procesador de imagen DIGIC III, un estabilizador óptico y un autoenfoque de 7 puntos. El estabilizador se sitúa en su lente, que se trata de una EF-S18-55. Utiliza tarjetas de memoria SD/SDHC, posee los formatos de imagen JPEG, RAW y JPEG+RAW.
Toma una de las ventajas de las cámaras compactas, como es la posibilidad de ver lo que vamos a fotografiar en su pantalla trasera de 2.5 pulgadas, gracias a la función LiveView. Incluye también función Auto Lighting Optimizer, con la que se ajusta automáticamente el brillo y el contraste en imágenes con zonas claras y oscuras al mismo tiempo. (Claro, que posee todas las funciones manuales, que son las que deberíamos tomar en cuenta: ISO equivalente 100-1600, velocidad de obturación 1/4000 a 60 seg.) Posee flash automático, retráctil, integrado en el pentaespejo.
La Canon EOS Rebel XS permite ráfagas de 3 fotografías por segundo en modo continuo, hasta que llenemos la tarjeta de memoria, y tiene un peso, contando solo el cuerpo, de 450 gramos, realmente ligero para una cámara de este tipo.
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